Compromís y PSOE en guerra después de que la consejera de Justicia insinuara que Oltra debe irse
Joan Ribó se suma a la batalla: "Si tengo que poner un ejemplo de lealtad institucional no será a Gabriela Bravo"
El juez pide imputar a Oltra por el caso de los abusos sexuales de su ex marido a una menor
Marzà no descarta más cambios en el Gobierno valenciano y dice que en política hay que estar «al 200%»
Compromís y PSOE, los 2 principales partidos que junto a Unidas Podemos sostienen al Gobierno valenciano que preside el socialista Ximo Puig están en guerra y protagonizan en estas últimas 24 horas un duro cruce de acusaciones iniciado por la consejera de Justicia la socialista Gabriela Bravo, que insinuó que Mónica Oltra la vicepresidenta primera y consejera de Igualdad y Políticas Inclusivas del Ejecutivo que preside el Ximo Puig, debería dimitir por el caso de la menor abusada por su ahora ex marido. A Bravo le han respondido la portavoz de Compromís Agueda Micó y el alcalde de Valencia por Compromís Joan Ribó. Este último ha sido tajante: «Si tengo que poner un ejemplo de lealtad institucional no será a Gabriela Bravo»
El tripartito valenciano que conforman los socialistas junto a Compromís y Unidas Podemos es un polvorín, políticamente hablando. El conflicto tiene como protagonistas en primera persona a Gabriela Bravo y Mónica Oltra. La primera de ellas dijo que meditaría dejar el cargo si se hubiera solicitado imputarla y con ello se comprometiera a la Generalitat Valenciana y recordó la existencia de 3 sentencias que no dejan «bien parada» a la Administración. Unas alusiones directas a Oltra que han desencadenado otro terremoto en el Ejecutivo autonómico.
Hoy, Agueda Micó, secretaria general de Mes Compromís, uno de los partidos que conforman la coalición Compromís, que lidera Mónica Oltra y de la que Micó es portavoz, le ha respondido. Le ha dicho, en concreto que de aquí a unos años, cuando se valore al actual Gobierno valenciano, «Oltra será recordada por su impulso para la transformación de la Comunidad Valenciana, mientras que otras» -en referencia directa a Bravo- «lo serán por bloquear la igualdad lingüística de los valencianos».
Se da la circunstancia de que Bravo mantiene abierta otra polémica con Compromís. En este caso, sobre el grado de valenciano que debe ser exigible a los altos cargos de la Administración autonómica. Ella defiende un nivel B2, mientras que Compromís apuesta por un nivel superior a ese, el C1.
Lo más paradójico del asunto es que Micó se ha expresado así en el transcurso de la comparecencia de Vicent Marzà para explicar los motivos de su dimisión como consejero de Educación. Pero las cosas están llegando a un punto en que cualquier escenario es válido en este enfrentamiento ya público y notorio. Micó ha calificado las manifestaciones de Bravo como «desafortunadas» y «totalmente impropias» de una compañera de Mónica Oltra en el Gobierno valenciano y entiende que tienen un «tono electoralista», según ha informado Europa Press. Micó ha sostenido, además, que Oltra tiene la máxima confianza de Compromís «y se ha ganado el derecho a decidir sobre su futuro político con la plena confianza y apoyo de la organización».
Pero no ha quedado ahí. El alcalde de Valencia y compañero de Oltra en Compromís, Joan Ribó, también ha mediado en el enfrentamiento: «Si tengo que poner un ejemplo de lealtad institucional no será a Gabriela Bravo», ha dicho. Por su parte, la vice alcaldesa de Valencia, la socialista Sandra Gómez, se ha desmarcado de las manifestaciones de Bravo y ha sostenido que lo expresado por la consejera es «una opinión personal». Sí ha defendido, sin embargo, que en todos los problemas que ha habido que han afectado judicialmente a algún dirigente de Compromís, los socialistas tanto en el Ayuntamiento de Valencia como en la Generalitat Valenciana ha «apostado por el acuerdo, el consenso y la estabilidad».
Ahora mismo, la situación es extremadamente tensa entre socialistas y Compromís hasta el punto que esta misma mañana, Ximo Puig ha tenido que intervenir para matizar que «las opiniones personales» de Gabriela Bravo «no son» un mensaje a nadie.